por María Carolina Pérez y Wilson Arancibia
Ensambladoras de automóviles, lavadoras y edificios inteligentes, mascotas mecánicas y hasta partes del cuerpo íntegramente biónicas. La robótica poco a poco está llenando todos los espacios de nuestra vida. ¿Llegaremos al punto apocalíptico que nos presentan las películas de “Matrix”?
Quizás             los robots más conocidos del mundo  sean “Arturito”             y “Tripio” de “La Guerra de las Galaxias”.  Estos             seres mecánicos se ganaron la simpatía del público              y despertaron en los niños la ilusión de tener en su casa              un compañero de juegos parlante y capaz de pensar y moverse por              sí solo. 
Fue             a fines de los años 70 cuando  la robótica se convirtió             en estrella de cine, creando en  las mentes humanas la visión             de un futuro automatizado con  sirvientas, mayordomos y choferes de metal.             Robotina de la  serie animada “Los Supersónicos”,             aparecía como la nana  ideal de las dueñas de casa, al             igual que Roberta de la  caricatura “Ricky Ricón”,             una robot de gran fuerza que lo  ayudaba a salir de las dificultades. 
Y             mientras que, en las películas,  novelas y cuentos de ciencia             ficción, los robots adquirían  roles de seres humano, hoy,             en el 2004 aún no vemos estos  seres en nuestros hogares. Las             creaciones más masificadas  son los juguetes “inteligentes”             y las mascotas artificiales.  
Sin             embargo, a nivel internacional,  los frutos de estos inventos de una             u otra forma están  llegando a la gente común. Por ejemplo,             a través de las  nuevas lavadoras que incorporan la "fuzzy             logic" (Un tipo de  lógica para procesar datos inciertos)             o las "arroceras  inteligentes" poseedoras de distintas posibilidades             de  cocción que son un boom en el mercado japonés. Y es             que, si  bien no se trata de robots antropomorfos, es la tecnología              automatizada la que los ha convertido en una herramienta para el  desarrollo             tecnológico e industrial.
El             país de nunca jamás
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"C3PO"                   y "R2D2", de la saga de George Lucas, "La guerra                   de las galaxias". | 
La             expresión "robot" proviene de la  palabra checa "robota",             que quiere decir trabajador o  esclavo, y apareció en 1920 en             la obra teatral de Karel  Capek "R.U.R Robots Universales de Rossum". 
Estos             “trabajadores” han coexistido  con los seres humanos desde             tiempos remotos. En el siglo  XVIII, relojeros europeos construían             intrincados engranajes  que daban “vida” a curiosos mecanismos             que realizaban las  acciones más simples, como levantar objetos,             mediante  complejos procedimientos.
En             el siglo XX aparecieron los  robots con partes electrónicas y             funciones específicas  destinadas a facilitar el trabajo del hombre:             robots anti  bombas, robots espaciales, robots industriales. Quizás             esta  última es la aplicación más masificada, pero             a la vez la  menos considerada. En el inconsciente colectivo la palabra              robot se asocia a un ser humanoide al estilo de “C3PO” o             a  un gran armatoste móvil como el que acompañaba a la             familia  Robinson en la serie de televisión “Perdidos en             el Espacio”,  sin embargo ésos son sólo parte de             la ciencia a ficción. 
“Un             robot no puede lesionar a un  ser humano o, por medio de la inacción,             permitir que un ser  humano sea lesionado. Un robot debe obedecer las             órdenes  dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes              entrasen en conflicto con la primera ley. Un robot debe proteger su              propia existencia en la medida que esta protección no sea  incompatible             con la primera o segunda ley”. Éstas son las  tres leyes             de la robótica que el escritor Isaac Asimov acuñó              por primera vez en 1942 en su relato “El círculo vicioso”. 
Los             relatos de Asimov y otros  autores del género fantástico             y la ciencia a ficción,  tomaban a los robots como seres autómatas             capaces de tener  cierto tipo de raciocinio e interactuar con las personas.              Entidades individuales que podían tomar sus propias decisiones              teniendo en cuenta las condiciones a las que era sometidos, entes  poseedores             de una “inteligencia artificial”. Sin embargo  este tipo             de robots aún no es posible de construir. 
Que             un robot reemplace a un ser  humano es una falacia. Así lo afirma             a The Moroso Gastón  LeFranc, académico de la Universidad             Católica de Valparaíso y  actual presidente de la Sección             Chile del Instituto de  Ingenieros Eléctricos y Electrónicos             IEEE (según su sigla en  inglés). 
LeFranc             considera que las personas  se hicieron demasiadas expectativas con los             robots y le  atribuyeron capacidades que es demasiado difícil             concretar.  “Reproducir los procesos lógicos de un ser humano             es muy  complejo, estamos lejos de hacerlo y ni siquiera nos interesa.              Un robot es sólo una herramienta.” 
De             vuelta a la realidad
Un             robot es lo más avanzado de las  máquinas controladas por             computador. Sus movimientos pueden  ser dirigidos con enorme precisión,             permitiéndole repetir  acciones con exactitud nanométrica             y liberando a los humanos  de las tareas monótonas, duras, peligrosas             o sucias. 
Esto             tiene una ventaja, ya que por  medio de un control computacional, un             robot puede ser  “enseñado” a realizar una nueva labor.             Eso es la llamada  Inteligencia Artificial, por la cual al repetirse             los nuevos  movimientos de la nueva tarea, el computador los recuerda             e  instruye al robot a realizarlos cuando corresponda. Se espera que              esta técnica otorgue eventualmente a los robots completa  movilidad,             visión, audición y lenguaje. 
En             la actualidad las aplicaciones  concretas de un robot se encuentran en             el campo de la  industria privada y la investigación universitaria.             Empresas  mineras, químicas, de explosivos, generadoras de energía             y  manufactureras son quienes utilizan la tecnología autómata              en sus procesos productivos. 
Las             aplicaciones de los robots son  puntuales, ellos responden a determinadas             órdenes, por lo  que sirven especialmente para la manufactura.             En el mundo  desarrollado tanto las grandes como pequeñas empresas              utilizan la tecnología automatizada, especialmente en el área              de la construcción de automóviles y electrodomésticos,              donde la precisión es un elemento de gran importancia. 
Empresas             de nuestro país han  implementado elaborados sistemas computaciones             y robóticos,  como los camiones y perforadoras que se utilizan             en la gran  minería del cobre. Estos inmensos vehículos             son manejados  por sistemas automatizados para excavar en lugares peligrosos              o difíciles de alcanzar y así evitar accidentes. 
Sin             embargo, es en las PYMES donde  esta tecnología no ha tenido tanto             éxito como se esperaba.  Según Lefranc la mayoría             de la pequeña y mediana empresa es  eficiente, pero se ha mostrado             reticente a optar por la  automatización. “Ahora con los             tratados se abre un mercado  en el cual es necesario automatizar la producción.              Modernizar las manufacturas para entrar al comercio internacional.”              afirma. 
En             nuestro país sólo el 5% de las  industrias son manufactureras,             lo que abre una gran  posibilidad de innovación tecnológica.             “Podemos darnos el  lujo de crear nuevas empresas automatizadas             sin echar a  nadie, es una gran oportunidad que debemos aprovechar”              asegura Lefranc. 
En             Chile las universidades ya están  formando profesionales en el             área, pero a su juicio lo que  falta es enseñarle a la             empresa a manejar esta tecnología y  diseñar productos             que puedan ser producidos así.
Roboclubs
La             robótica llegó a Chile en 1977.  Los primeros en desarrollar             robots móviles fueron los  académicos y estudiantes de             la Universidad Católica de  Valparaíso, a quienes después             se sumaron las distintas ramas  de la Universidad de Chile, de Santiago             y otras. 
Gastón             Lefranc recuerda que la  Escuela de Ingeniería de la UCV creó             el primer taller de  robótica en 1985 y que posteriormente se             hicieron una serie  de seminarios con visitas ilustres en el tema que             venían de  Francia y Estados Unidos. 
Es             en las Universidades donde se da  el espacio propicio para que investigadores             y alumnos  desarrollen nuevas formas de conocimiento en esta área.             Al  respecto, el profesor Holman Ortiz, director de la Escuela de Ingeniería              Electrónica de la Universidad Iberoamericana, señaló              a ThM que gran parte de los estudios de automatización que se              desarrollan en su departamento obedecen a proyectos de  investigación             internas. 
“Llevamos             cuatro años desarrollando  programas que incorporan el tema de             la automatización de  procesos y redes neuronales. Contamos con             un robot adquirido  en Israel y a partir de él hemos ido creando             nuevas  aplicaciones”.
Javier             Ruiz del Solar, Director del  Laboratorio de Robótica de la Facultad             de Ingeniería de la  Universidad de Chile, señaló             a ThM que todos los proyectos  desarrollados por su departamento son             de exclusiva inventiva  de los alumnos y académicos de la Universidad.
“Nuestros             trabajos se enfocan al  desarrollo tecnológico de robots móviles,             su parte  algorítmica y la visión. En ese ámbito             nuestro mayor orgullo  es un robot guía de museo que estará             terminado a mediados  de julio”.
Si             bien la robótica es un área que  despierta un gran atractivo             para los jóvenes, no es algo que  pueda ser fácilmente             abordable, señala Ruiz. “Es por eso  que hemos creado una             sección especial para los niños que se  interesan en los             robots y quieran aprender más sobre ellos”,  dijo. 
Tanta             es la pasión por estas  máquinas que incluso se han inventado             competencias  internacionales de lucha entre robots y campeonatos de              fútbol. Para la mayoría de los creadores nacionales, las              luchas entre estas invenciones son algo reprochable, pero las  competencias             deportivas son algo a lo que aspiran  perfeccionar cada día más. 
Las             máquinas hoy nos ayudan en las  tareas más complicadas             y peligrosas de nuestras vidas. Es de  esperar que las predicciones apocalípticas             de Hollywood no  lleguen jamás a cumplirse, ya sea que un robot             nos diga  “Hasta la vista, baby” o despertemos repentinamente             rodeados  de cientos de cables que nos conectan a la Matrix. 
       Fuente: http://www.periodismo.uchile.cl/themoroso/2004/2/historia/robotica.html

 
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